Hacia el despertar por la muerte

   Y fue al principio cuanto todo Era. Cuando el Tiempo estaba fuera y no había logrado abrir la puerta y vivía sin nombre y sin rostro.

   El Verbo aún no había abierto los labios y el Impronunciable mirada hacia dentro.

   Y Todo el Todo de Todo estaba en sus adentros, y en ellos estaba el Templo y en el altar del templo, escondida, latía la llama Viva de la Vida con un resplandor que llegaba a todos sus rincones.

   Y Todo el Todo de Todo abrió sus ojos y vio un caos de oscuridad y se dijo: Sacaré una llama de la Llama que prende eterna en mi interioridad para que se mezcle ahí fuera, haciéndome más amplio. Y sopló y después habló y las palabras tomaron forma de fuego vivo. Fue entonces cuando contempló el rostro del tiempo y le dijo: "Dejaré que tu mano me fraccione y que confunda a una parte cuando se mire y se vea en la otra ahí fuera. Dejaré que juegues con tus velos de ilusión y limites el Eterno Ahora y lo estires en el Antes y el Después. Dejaré que cada palabra viva luche contra las demás por tu culpa. Porque todo esto será mi alimento y hará que mi equilibrio sea dinámico y expansivo, ya que he abierto los ojos y ha llegado mi período de actividad y creación."

   Y así, en cada parte, por insignificante e ínfima que sea, Todo el Todo de Todo se repite como en la más vasta y amplia.

   Y en cada una es consciente de sí según su función para con "El mismo".

   Cada parte tiene un equilibrio dentro y fuera de sí.

   Y fue al Principio cuando en el núcleo de la oscuridad nació un fuego, una chispa de luz incipiente y temblorosa. Y la oscuridad se densificó y luchó por aprisionarla; pero el fuego de vida se hizo dueño del centro y aquí hizo su casa; sin embargo, la oscuridad dominó la periferia.

   Y la Palabra luchó como fuego desde el centro por vencer y salir hasta la superficie para iluminar; pero cada vez que vencía a una capa que la envolvía, veía que había otra capa más amplia que la rodeaba. Y desesperaba por inflamarlo todo y llenarlo todo de su aliento de ser. Pero lo que en la tercera dimensión separaba la densa oscuridad, en la cuarta esta unida y era una sola cosa, así es que desde ella cada llama, cada palabra de vida era la misma llama y la Única palabra del Todo Uno y en El tomaba la Santa Fuerza.

   Y así nació lo manifestado. Y dentro de lo manifestado la conciencia de dicha manifestación; porque cada individualidad aparente no es sino una forma de verse a sí misma toda la manifestación, y despertar su conciencia no es sino ser un foco del Todo Uno en el entorno donde se manifiesta. Así pues, nacieron formas más o menos perfectas no por no ser completas en sí mismas y cumplir con su labor, sino por permitir que la conciencia de sí que en ellas florecía englobaran más o menos a las otras conciencias o tuvieran la posibilidad de manipular su mundo exterior cuando, variables, muere en ellas.

   No obstante, según la ley todo es recíproco, porque aquel que manipula es manipulado por aquello que manipulaba. Así pues, todo aquello que busca la perfección y trabaja por ella, es manipulado y modelado hasta hacerse ella misma.

                                      

 Desde aquí, ahora, donde me ha colocado la Mano de la Vida, voy a tratar de llegar a todos aquellos hermanos que, por la Mano de Ella misma se encuentran, como yo, conscientes de que el vehículo que habitan, es decir, el vehículo físico o cuerpo material, se deteriora por momentos debido a esta enfermedad tan de moda en los últimos tiempos como es el cáncer. Esta enfermedad que, dicho sea de paso, la padecen en mayor o menor medida todos los vehículos planetarios de todas las formas y niveles que habitan en el Planeta Tierra, debido a los desequilibrios motivados por el propio ser humano al luchar sin sentido contra la Santa Naturaleza.

   Gaia está enferma de ella. Su propia conciencia de sí, representada por el hombre aún formante, no ha dejado de experimentar sin Conocimiento Objetivo sobre su vehículo físico hasta tal extremo que lo está deteriorando a una velocidad mayor que la que posee de restitución.

   Es curioso que aquellos pseudo-científicos que están estudiando remedios contra esta enfermedad no alcancen a vislumbrar la unidad de vida que constituye todo el ser Planeta Tierra, y cómo ellos mismos, con sus pruebas y experimentos, están contribuyendo a su deterioro. Todos ellos y muchos otros con su insensatez, están formando parte de este cáncer que lleva dentro mi vehículo físico. ¿Como es posible haber caído en tanta ceguera? ¿Como justificar la muerte del propio ser que nos da la vida y del que formamos una parte más entre otras muchas partes?

   Hay que reconocer que este experimento de una serie de ideas maduradas en un espacio tiempo muy concreto, llamado “civilización occidental”, ha fracasado rotundamente, sobre todo desde que nació ese ramal, relativamente reciente en el tiempo, llamado “industrialización”. Esa industrialización que se alimenta, en los últimos tiempos, con el liquido tumoroso que dormía enquistado sabiamente bajo la piel de Gaia y que el propio hombre, en su ignorancia, ha extraído, difundiendo su hediondez por toda la tierra y extendiendo sus ramificaciones hasta su propio etérico. Y yo pregunto a aquellos que, aunque nunca lo reconozcan, son hijos de su inutilidad y defienden con argumentos “racionales” o intelectuales” esta forma de vida occidental: ¿A donde vais? Levantad un poco la mirada en el tiempo y sopesad el valor del sacrificio y lo que se sacrifica a cambio de lo conseguido. Porque es muy difícil ser humilde y reconocer, y aún más difícil cuando hay detrás una trayectoria de siglos que, escondidos por una historia creada por historiadores parciales, les dan la razón; cuando existe una ciencia que cada vez se vuelve más cientifista y unos llamados entre ellos “científicos” que apenas han sentido una experiencia tan necesaria como: “Vence quien se vence”.

   Sin embargo, no todo lo que ha dado la moribunda “civilización occidental” ha sido engañoso. Dejará tras su paso una música maravillosa: la música nacida del propio centro de su corazón, en Viena, será siempre recordada y oída con el respeto que se merece, llevando el alivio a muchos corazones cansados. Esta música no pudo nacer en otro lugar, porque en otro lugar no la necesitaban tanto...