El lenguaje de la Vida. 

Aquí, donde tu corazón y el mío se hacen uno solo, hay un jardín donde nuestros sueños materializan con su manos todas las cosas...

 

Hermano pájaro y hermana nube. Hermano árbol y hermana flor. Hermano Cielo y hermano Sol.

Hermana Llanura, que acaricias mis pies cansados. Hermana agua que en la lluvia alimentas los campos, y en ellos alimentas mi boca.

Hermanas estrellas que animáis mi pecho y mi corazón, y en el sueño de la vida me alentáis.

¡ Cuántas...! ¡ Cuántas veces he caminado con vosotras y a vuestro lado buscando la Luz!

Sois mis hermanas de viaje y cuando nadie me miraba, vosotras estabais conmigo y lavabais mi frente.

¡ Cuántas veces, hermano monte, me diste calor en tus laderas y cuántas me hablaste al oído sobre aquellos tiempos en que aún eras un tierno valle! Me diste tu mano de siglos para apoyarme cuando mi alma sentía desaliento en aquellos atardeceres de mi infancia, en que aún buscaba y creía que el Conocimiento estaba encerrado en las semillas, o bajo las hojas del jardín, o en el interior de los olmos.

Muchas tardes andaba una y cien veces «el camino viejo», creyendo que los pasos de mis pies me podrían acercar a El.

O me subía hasta las copas del nogal para alcanzar las estrellas cuando venían de noche. O les preguntaba a los pajarillos sobre sus secretos. Pero no los entendía. Y conforme iba creciendo, sentía que me alejaba más y más de aquellos mis hermanos. Hoy los he vuelto a encontrar después de mucho tiempo. Hoy ya sé lo que me quieren decir.

Y de verdad os digo que si pudiese transcribir aquello que me hablan al lenguaje de los hombres, sería algo así:

Paz... Paz y Amor. Paz y Amor a todos los seres.